Diseño de portadas
Las cubiertas de los libros son díficiles de diseñar, pero dan gusto admirarlas. Una cubierta efectiva puede atrapar la atención en un instante y dar una sensación global de la idea del libro.
Entre fines del siglo XVIII y fines del siglo XIX fue un período de surgimiento del libro gráfico. En su mayoría, los textos clásicos llegaron hasta nosotros carentes de ilustraciones Tradicionalmente el texto ha sido mas económico que la imagen, que implicaba un costo extra de producción. Este fue el caso en la Edad Media y continuó siéndolo hasta que los libros comenzaron a producirse normalmente con fotolitografía después de la Segunda Guerra Mundial.
Desde mediados del siglo XIX, la producción industrial de papel y las nuevas técnicas de encuadernación permitieron abaratar la fabricación de los libros. Distintas técnicas de impresión y los procesos de ilustración, posibilitaron la impresión de motivos en las cubiertas. Las técnicas utilizadas por los artistas de la época, ayudaron a que la industria del libro crezca, y permitir que el diseño gráfico se convierta en una práctica profesional. Así es que las cubiertas se convirtieron en algo más que una mera protección de las páginas, adquiriendo la función de promocionar la información.
El modernismo y el movimiento Arts and Crafts, a comienzos del siglo XX, estimularon un renacimiento en el diseño de las cubiertas, que no tardó en asentarse en la creciente industria del libro. Algunos de los diseños de cubiertas más modernos fueron producidos en la Unión Soviética durante la década de 1920 por vanguardistas como Alexander Rodchenko y El Lissitzky. Otro de los ilustradores más influyentes de estas primeras etapas fue Aubrey Beardsley, por los llamativos diseños de los cuatro volúmenes de la obra The Yellow Book (1894-1897).
Tras la Segunda Guerra Mundial, las cubiertas de los libros adquirieron una importancia vital para que la industria del libro se hiciera comercialmente competitiva. En la actualidad, las cubiertas suelen adelantar información sobre el estilo, el género y el tema del libro, aunque otras llevan el diseño al límite con la esperanza de atraer las ventas.
En materia de diseño, dentro de la industria editorial, el arte de tapas ha ido ganando espacio, calidad y versatilidad de propuestas. La práctica se profesionaliza y los diseñadores de cubiertas son hoy figuras reconocibles dentro del medio. Más allá de las ventas y el tiempo que resista un libro en el mercado, las tapas se incorporan a la unión de la producción gráfico-estética de la industria cultural.
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