Fenómeno Tabloide

¿Cómo es que un formato llegó a ligarse más al contenido periodístico que a su utilidad? ¡Las apariencias engañan!

 

El tabloide es un tipo de periódico con dimensiones menores a las convencionales (mientras que el gran formato «sábana» mide unos 35 cm de ancho por 60 cm de alto, podría decirse que el tabloide tiene, más o menos, la mitad de este tamaño, con un ancho menor a 30 cm, y que no suele pasar de los 40 cm de alto, aunque hay variaciones), en el que además, suelen aparecer abundantes fotografías, infografías e ilustraciones de gran tamaño.

 

El término tabloide proviene de la palabra inglesa “Tabloid”, que es la marca del comprimido medicinal más exitoso, registrado por la empresa Burroughs Wellcome & Co en 1884. A partir de ese momento, el vocablo se popularizó y comenzó a utilizarse para referirse, entre otras cosas, al periodismo «comprimido» con historias compactas, simplificadas, de lectura fácil y rápida. A esta primera noción, hay que añadir la asociación de este formato con el tipo de periodismo amarillista, sensacionalista o poco serio que lo utilizaba: el primer tabloide de la historia, tal y como lo concebimos hoy en día, el «New York Illustrated Daily News» (fundado en 1919 por Joseph Medill Patterson), mostraba en su portada del 14 de enero de 1928 a un preso ejecutado en la silla eléctrica bajo el titular ‘Muerto’ compuesto a 172 puntos; así daría inicio a la auténtica «era tabloide», la de la prensa popular, y al mote con sentido peyorativo que se hizo común con el paso del tiempo.

 

Sin embargo, este formato en sí, tiene más ventajas que inconvenientes, que benefician tanto a lectores como a editores:

  • Reducido costo de impresión al agregar o quitar páginas; en la edición diaria implicaría hablar siempre de “menos papel” y “menos tinta” ya que las hojas son más chicas.
  • Menor tiempo de impresión que se deduce de lo anterior, una página más chica tarda menos en imprimirse.
  • Practicidad y comodidad. Sensación de menos bulto que llevar u ordenar.
  • Atrae a más y nuevos lectores, por ser más cómodo y por ser popular.
  • Facilidad en la lectura. Requiere menos tiempo de lectura.
  • Orden. “Se desordena” menos. Menos filas en un número casi igual de columnas hacen posible un diseño en el que siempre será prioritario lo que el editor considere más importante, al margen de las costumbres de lectura de los usuarios.

Por estos motivos, entre otros, muchos diarios tradicionales y de prestigio de todo el mundo han decidido pasar del formato grande o «sábana» al tabloide, sin que esto implique para ellos una pérdida de seriedad o de usuarios.

 

En definitiva, si bien a través del tiempo se ha establecido una fuerte tendencia a relacionar al tabloide con el sensacionalismo y la prensa de mala calidad, esto último nos demuestra que no necesariamente esto es así, ya que por un lado la prensa amarilla ha adoptado otros formatos, como el «sábana», y por otro, muchos periódicos tradicionales y alternativos hacen un uso del tamaño tabloide con independencia en cuanto a su calidad periodística, y son totalmente respetables. Hoy en día el buen y el mal periodismo usan las mismas medidas, ¡lo importante es no confundirlos!

 

Tapa del «New york daily news» del 14 de enero de 1928.
Periódico sensacionalista
del Reino Unido «The Sun».

Periódico español «El País» en su formato tabloide.