La necesidad de comunicar

Allá por el 1868, en plena supervivencia y asentamiento en un territorio hostil, desolado y desconocido. Un hombre siente la inevitable necesidad de comunicar y expresarse, en conjunto con sus connacionales, dando origen al primer diario de la Patagonia.

Contexto

La colonización galesa en Argentina tuvo lugar en el siglo XIX generando una nueva colonia hablante del idioma galés en la provincia de Chubut. Estableció las primeras bases de asentamiento permanente, donde varias de las principales ciudades fueron fundadas por los colonos. A diferencia de las colonias tradicionales, los galeses se hicieron amigos de los pueblos originarios. Además, elaboraron su propia constitución, emitieron su propio papel moneda y construyeron capillas, escuelas y canales de riego.

Travesía y asentamiento

En Mayo de 1865 parte un barco desde el puerto de Liverpool con destino a la Patagonia con 156 galeses ilusionados con poder tener un nuevo hogar en donde puedan ejercer sus costumbres e idioma y no estar bajo mandamiento inglés. Arriban a Chubut el 28 de Julio de mismo año, el cultivo de la tierra y todo lo que a ella se relacionaba era primordial objetivo. Pero también entre ellos había hombres con dominio de varios oficios.

En cierto momento se produce descontento entre los colonos por las condiciones bravas que debían afrontar, principalmente el aislamiento y la carencia de comunicaciones fluidas con Patagones y Buenos Aires. El abastecimiento de alimentos y elementos necesarios para el desenvolvimiento en la nueva vida patagónica constituían gran escollo y algunos síntomas de abandono del lugar se hicieron presentes

Habían pasado pocos años de la instalación galesa en aquella parte de la Patagonia y Richard J. Berwyn nota la necesidad de contar con un periódico. La falta de medios gráficos para imprimir una publicación es un gran inconveniente, pero no imposible de vencer y se decide por unas hojas manuscritas para expresar su opinión y la de sus connacionales. En enero de 1868 nace «Y Brut» (La Crónica), por supuesto en idioma galés y con veinticinco páginas, de acuerdo a igual número de suscriptores y en el cual cada lector de «su puño y letra» agregaba opiniones o noticias en forma manuscrita. «Y Brut» con su reducido y singular «tiraje» -de alguna forma hay que llamarlo- y sin trascendencia exterior a la colonia, se dio el lujo de una especie de encumbramiento nacional: tuvo vida inicial antes que aparecieran «La Nación» y «La Prensa» de Buenos Aires y poco después de «La Capital» de Rosario.

«Escribe en tono polémico. Denuncia la situación social de sus connacionales. Brega por mejores derechos… Se inclina por la inmigración… Edita ‘Papur Lundain’ con el propósito de despertar sentimientos a favor de una inmigración hacia un territorio nuevo como la Patagonia» (Feldman Josín, L., 1968)

Berwyn en 1856 trabajó como periodista en Londres. Entre 1863 y 1865 viajo a estados unidos para hacer propaganda del proyecto patagónico. 1866 fundo la primera escuela de la colonia, para lo q compuso un manual de lectura y fue el primer maestro en la colonia, «enseñando detrás de matas».

Por 1878 -año antes de la última campaña al desierto- otro galés, Lewis Jones, inaugura en la colonia la primera imprenta llevada desde Buenos Aires y entrega con el tipo a tipo y minerva, «Y Brut»  se convierte en «Ein Breiniad» (nuestros derechos) donde el fogoso líder galés lucha con denuedo por los derechos de los colonos, por sus ideas democráticas, por sus tradiciones y por el respeto que debían merecer del país argentino. La experiencia periodística galesa en aquel todavía no definido territorio nacional patagónico se anticipó a cualquier otra editorial patagónica.