Piedra, papel y web

Desde los inicios de la escritura, y como todos sabemos, existieron distintos soportes para perpetuar la palabra escrita. Comenzando por la piedra, pasando por el papiro y llegando al más utilizado hasta hoy: el papel.

En función a él se han creado diversos tipos de publicaciones según los requerimientos de cada época: periódicos, diarios, libros y, lo que nos concierne en este momento, revistas. Sin embargo, en la actualidad, y debido a la difusión de información a través de  Internet, los nuevos requerimientos de información, la variabilidad en los tiempos de lectura, la masividad de la información, la participación activa del lector  y la interacción constante de éste con los medios de comunicación y las redes sociales; la revista también debió agiornarse en función a su soporte.

De esta forma, y teniendo en cuenta la intuitiva frase de El Lissitzky que, por el año 1923, dijo: “el vasto dominio de la impresión deberá ser sustituido por la biblioteca electrónica” ; la mayoría de estas publicaciones debieron desarrollar, como complemento a la revista impresa en sí, plataformas web y aplicaciones para dispositivos móviles para poder adaptarse al contexto actual, donde el lector se fue modificando, siendo más exigente en cuanto a participación, acceso a la información, velocidad de lectura e hipertextualidad.

Sin embargo, el hecho de trasladar una revista a una plataforma web no implica “copiar y pegar” la estructura del papel,  ni las notas, ni la forma de navegación. Sino que este nuevo soporte tiene sus propias reglas: el contenido se expone de forma no lineal; los elementos de información se van enlazando entre sí y con otros; hay una mayor economía de espacios; surge la capacidad de interacción con los lectores (o usuarios) mediante la posibilidad de dejar comentarios y opiniones; se produce una publicación y distribución inmediata de los contenidos (suponiendo tiempos muy distintos al soporte papel); aparecen constantemente links o referencias hacia otros textos o información y surge esta idea de hipertextualidad, donde, mediante la inclusión de elementos multimedia, el lector tiene un rol más dinámico a la hora de leer una nota, pudiendo recurrir en simultáneo, a la visualización de videos, a la escucha de audio, a archivos de datos y a imágenes sin ningún límite de espacio físico.

Pero, más allá de esto, es necesario que tanto la revista en papel, como sus variables en web se complementen y retroalimenten. Así, por ejemplo, en  el primer caso, hoy en día se puede apreciar cómo en el diseño de  diversas revistas, se hace referencia a comentarios en twitter, facebook, o mismo, se traduce cierta iconografía de lo digital, como para no perder el vínculo con éste. Asimismo, a nivel web, se plantea mantener la estética de la revista, el clima  y el “contrato de lectura”, para no defraudar al lector ni desorientarlo en este nuevo medio, más allá de que la relación entre emisor y receptor se vea modificada por el simple hecho de que la interactividad entre ambos es propia de las plataformas web,  donde el lector no es un testigo pasivo, sino que tiene la oportunidad de emitir opiniones, crear su propio recorrido de lectura y agregar o quitar información, siempre en tiempo real. Por lo que en las plataformas web, el mensaje, a diferencia del soporte papel, se ve más fragmentado.

Por lo que, más allá de algunas reticencias, es inexorable el hecho de que la web cada vez va ganando más espacio como medio de comunicación y, si bien un soporte no sustituye al otro, la web sirve para complementar y ampliar la revista impresa, pudiendo llevar a cabo un desarrollo más extenso de algunas notas o bien, pudiendo incorporar otras nuevas.  Más allá de todo, el desarrollo de este soporte es algo nuevo, que va creciendo y ganando espacio muy rápidamente, pero que todavía resulta difícil de controlar, en el sentido de que es un campo desconocido, donde día a día, todos vamos aprendiendo a movernos y a cómo comportarnos dentro de él. Y lo mismo pasa con las publicaciones, de a poco se irán insertando y asentando dentro de este nuevo medio, a prueba y error de cómo estas aplicaciones funcionen a nivel social.

Acá dejo algunas imágenes de la revista australiana «Smith Journal». Ésta es una revista trimestral, más bien dirigida a hombres, orientada hacia la cultura y la actualidad básicamente, que busca ser una publicación a la que se le destine un tiempo de lectura frente a la velocidad que suponen algunas revistas actuales. Su diseño limpio, claro  y más bien tradicional, se traduce en las distintas plataformas web que tiene la revista.

Fuentes:

 http://www.smithjournal.com.au/

«Una perspectiva desde los medios». Información y comunicación. Guía para docentes.

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