Cátedra Cosgaya Tipografía 1 y 2 | Carrera de Diseño Gráfico | FADU/UBA
Publicar

Leer en un mundo de pantallas

La perspectiva histórica demuestra que las revoluciones en los modos de leer han tenido que ver no solamente con las innovaciones técnicas de los dispositivos, sino con las formas culturales adquiridas por los lectores.  Los […]

La perspectiva histórica demuestra que las revoluciones en los modos de leer han tenido que ver no solamente con las innovaciones técnicas de los dispositivos, sino con las formas culturales adquiridas por los lectores.  Los hábitos son modos de proceder que tiene cada persona de manera instintiva, y con los que se maneja en el mundo. Los hábitos de lectura hace tiempo que ya han cambiado y este cambio lo ha provocado Internet. Aunque las pantallas han mejorado para hacer de la lectura digital una experiencia más placentera ya no son luminosas y no cansan la vista nos resistimos a abandonar el libro. Sin embargo, por los costos de impresión y de distribución, el libro se está volviendo cada vez más un objeto de lujo.
Existen tantas lecturas como tipos de texto. Cada lectura requiere su tiempo y su atención. Hay diversos estudios que afirman que la lectura online es una lectura más fragmentaria, que dedica menos atención al texto en profundidad y más al conjunto general de ideas, el tipo de lectura que se hace de páginas web o incluso prensa online, pero también en papel: ¿Quién se lee una revista de principio a fin? Hojeamos, miramos titulares, vamos y venimos según el interés que tenemos por las noticias, etc. Otra cosa es leer una novela o un ensayo. La diferencia estriba en el mismo hábito. Si siempre se ha leído en papel, nos puede resultar cansado leer una novela en la pantalla. Sin embargo, parece que todos nos hemos habituado a leer la prensa online
Las posibilidades de lectura se han multiplicado. El tiempo que pasamos leyendo también, cualesquiera sean los tipos de texto. El genial George Steiner ha escrito que,  “los libros de bolsillo no forman una biblioteca”. Me temo que si miramos con esa perspectiva al futuro no vamos a tener ninguna biblioteca en casa y, sin embargo, nunca vamos a dejar de leer.