Han vuelto y en forma de vinilos.
Autor/a: Micaela Citarelli
¿Te acuerdas de la calidad de sonido? Ha vuelto y en forma de vinilos. Los discos de vinilo están viviendo una segunda juventud.
Estamos en una época donde con un simple click podemos escuchar el repertorio completo de temas de artistas de la decada de lo ´50, podemos hasta llevarlos con nosotros en el bondi o por lo aire, una era del streaming musical, el almacenamiento masivo en dispositivos diminutos se encuentra en lo más alto de la ola. Pero ¿Por qué nosotros los jóvenes de entre 23 y 30 años desempolvamos el viejo grundig de los abuelos y le volvemos a dar play a los viejos vinilos? ¿Será por gusto a lo vintage, fidelidad sonora, fanatismo o simple moda? Eso es algo que no estoy muy segura, pero lo que si se es que los discos de vinilo están viviendo una «segunda juventud».
Mucho se ha hablado acerca de la superior calidad de sonido en los formatos analógicos frente a los formatos digitales, se ha hablado de sus tapas atrapantes, objetos de colección y obstentación y de su valor para el que lo posee. Un fenómeno que se siente cada vez más fuerte. Muchos discos clásicos del rock nacional se están editando en vinilo, y además hay discográficas independientes que editan discos fabricados en el país. Probablemente el mercado de los discos de vinilo nunca volverá a tener las dimensiones que tuvo en el pasado, pero ha recuperado la suficiente fuerza para revivir una industria que parecía condenada al olvido.
Aunque hoy en día el Cd es solo uno de los tantos formatos digitales a los que podemos acceder, en la década de los 80 no había opciones digitales realmente populares. Aun así, esos pequeños discos de 12 cm de diámetro aventajaban a los vinilos. El más evidente, fue la ausencia de ruido de fondo, pero los CD también nos ofrecían una mejor relación señal/ruido . Casi todos percibimos enseguida que los primeros CD también nos ofrecían un rango dinámico mayor que el de los discos de vinilo. Este parámetro mide el margen que existe entre el ruido de fondo y el nivel de pico. Es evidente que el CD ya en los años 80 nos ofrecía unas ventajas importantes frente al vinilo, por lo que no es raro que consiguiese imponerse con relativa comodidad. Además, no podemos olvidar que este formato digital no presenta desgastes como el que sufren los discos de vinilo.
Pero yo por lo personal que tuve el placer de escuchar vinilos como Try a Little Tenderness de Otis Redding gracias a mi bisabuelo, o un clásico The Dark Side of the Moon de Pink Floyd, decido quedarme con un buen vinilo, su calidad es única y pensar de la manera que fue realizado le aporta una mágia especial. Si existe la posibilidad no marcharse de este mundo sin gozar del sonido de un vinilo.
cd, coleccionistas, Vinilo, vintage, vuelta del vinilo