Otra forma de comunicar

Autor/a: Camila Lihuen Maciel Vera

El periódico es aquel formato convencional del cual nos servimos para publicar noticias cumpliendo su principal función: el comunicar. Por lo tanto ¿Cómo logra ese objetivo tan primordial a la hora de plasmarlo?

Presentándose en un plano, se puede decir que para la maquetación se coloca un texto bien estructurado y con una tipografía correcta ayudando a su comprensión. Se separa las secciones y sub-secciones; se puede añadir elementos que orienten al lector;  se enfatiza donde convenga, utilizando cursivas o negrita. Pueden incluirse resúmenes que destaquen las partes más significativas; fotografía o comentarios de las ilustraciones que aclaren o complementen su significado.

Esta estandarización del diseño es producto de un largo trayecto histórico.  Y podemos situar su comienzo con el argumento de Jan Stchichold proponiendo que “la coherencia tipográfica es un precursor necesario para la comprensión”, describiendo a los diseñadores como similares a los ingenieros. En 1925 se había publicado un manifiesto explicando que la tipografía debe ser precisa, sin ambigüedades: «Una comunicación debe tener el 1), 2), 3) la forma más urgente simple breve”.

Desde aquello se sumaron varios personajes a la hora de encontrar un orden y función dentro de la comunicación llegando hasta el día de hoy con las estructuras ya sabidas del periódico.Sin embrago, en la historia, ¿Por qué apareció dentro del mismo formato un diseño no tan “convencional” de la información?

Puede ser cierto que una nueva generación de la tecnología se pudiera aprovechar de la noticia, siendo causa de la difícil situación de los medios de comunicación sobre papel. Un circulo vicioso se había formado a la hora de presentar noticias; se perdía fieles lectores y el comercio periodístico parecía caer. Llega al rescate Louis Silverstein durante los años 90’, quien produce uno de los muchos cambios en el New York Times en época de crisis.

Newspaper Design for The Times (1990)

La misión original del Sr. Silverstein en The Times fue para ayudar a atraer un público lector proponiendo un diseño totalmente diferente, con una legibilidad no tan eficiente pero que producía otra forma de comunicación.
Se podría asociar este estilo de producción con las vanguardias de las que el señor Tschichold partió para fundar el orden dentro de aquel desorden; donde lo subjetivo se desarrollaba de tal manera que generaba un eficaz mensaje.

Por ejemplo, los futuristas eran poetas, no los diseñadores; y se esforzaron para relacionar la palabra literaria con la palabra visual para expresar ideas más allá de las palabras. Su diseño era caótico, pero al negar viejas convenciones, una nueva estética se le dio el espacio para desarrollarse.

Vivimos en una sociedad donde el ojo es crítico de todas las formas de arte, el que concede importancia y olvido final. Hace que se fundamente tales diseños que generen impacto para el preciado consumo. Se trata de captar la atención constantemente. Entonces, la cuestión que existe entre el atractivo y la legibilidad, o entre forma y contenido hace el repensar a la hora de diseñar. Aunque pareciera que el periódico se encuentra amenazada por tanto avance; es inevitable llegar al punto de darse cuenta que los medios a base de papel tienen ciertas características y sensaciones sobre el lector que no puede ser reproducida por los medios electrónicos.

Por último me pareció curioso cómo también algunos diseños de publicidad también se integran al periódico de manera experimental, dinámica y crea una composición creativa y divertida.

Felipe Salazar creó este ingeniosa anuncio en el periódico para una tienda de diseño de interiores de Colombia que cuenta con una representación tridimensional de una cocina oculto en la sección de clasificados.

Los anuncios realizados por Stihl un fabricante de motosierras y otros equipos de potencia de mano incluyendo recortadoras y sopladores.

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