A pesar de ser rechazados y criticados por intelectuales, expertos, analistas e incluso periodistas, hoy en día muchos diarios de los considerados “serios” sobreviven gracias a la venta de estos periódicos que apelan al sensacionalismo de los escándalos y a la morbosidad de los casos que toca.
El hecho es que, apelan a estos recursos de exageración claramente por el fin comercial a través de la provocación de asombro o escándalo de los clientes que los consumen.
Para introducirnos un poco más en el tema para los que no conozcan sobre este tipo de prensa, voy a contar brevemente como nació:
El origen del término Prensa Amarilla se remite a una primera batalla periodística que se llevó a cabo sobre los últimos años del siglo XIX en EEUU, entre el diario New York World de Joseph Pulitzer y el New York Journal de William Randolph Hearst entre 1895 y 1898; ambos periódicos fueron denunciados, por otras publicaciones, de manipulación de las noticias mediante la magnificación y el pago a implicados para conseguir exclusivas.
La prensa amarilla o amarillista o sensacionalista apunta básicamente a la sustitución del juicio crítico del receptor apelando a una sobreexcitación emocional, en referencia a este rasgo que apela a la sensación del momento, al impacto que la información presentada de cierta manera, pueda causar.
Para poder llegar con su fin integra elementos a través de los cuales somete a la información para que sean capaces de generar estos sentimientos de exaltación o sobreexcitación en el lector, como por ejemplo:
- Lo catastrófico: desde desastre naturales a accidentes, etc.; que provocan una exaltación de la angustia y respuestas que van desde el interés morboso a la solidaridad.
- Lo tabú: todo tipo de suceso de doble moral y que por lo tanto provoque a un mismo tiempo el interés morboso y el rechazo compulsivo.
- Lo banal: todo tipo de hecho, conducta, dicho, etc. banal en sí mismo o presentado de manera banal, de manera de provocar un punto de fuga a las tensiones diarias de la vida en sociedad y los conflictos sociales.
Por último, para dejar en claro que el fin de estos periódicos es apelar a los sentimientos del lector desde angustia, solidaridad, etc. a morbosidad o excitación les dejo unos ejemplos de tapas de distintos países para demostrar el uso de estos recursos.