Si tenemos que clasificar al periódico, lo colocamos en el grupo editorial como lo es una revista, folleto, desplegable, libro y hasta incluso una tapa de disco. Más allá de las características que tengan en común (rama del diseño gráfico, se basan en una retícula, tienen legibilidad tipográfica, etc.) hay algo que lo hace particular y lo separa de todas estas piezas, que es su constante actualidad.
Hoy en día, tenemos 2 tipos de periódicos: los impresos y los digitales. Por más que tengan 2 tecnologías distintas, igualmente están siempre “vivos”.
Si nos detenemos un minuto, y nos ponemos a pensar lo activa que es esta pieza editorial, es realmente asombrosa.
El periódico impreso trabaja de manera cíclica. Para realizar una publicación diaria, lo primero que hay que definir son las noticias que van a salir a la luz. Una vez reunida la información hay que ubicarla en el espacio que tengamos disponible (maquetación). Cuando la publicación está definida, que ya pasó por la etapa de corrección, solo queda imprimirla para luego distribuirla y que llegue al público. Pero esto no termina ahí, ya que mientras el lector se informa de las noticias del día anterior (o incluso quizás mientras se imprimen las tiradas), los encargados del periódico ya están elaborando la edición que le continua. Por eso decimos que el periódico impreso es cíclico, no tiene fin.
Antes de analizar cómo trabaja el periódico virtual, hay que destacar que el impreso es una pieza sumamente compleja por todo lo nombrado anteriormente y sobre todo porque la elaboración de la publicación no tiene un horario fijo de “cierre”. Deben estar atentos hasta último momento por si ocurre alguna noticia importantísima que no puede quedar afuera de la edición que corresponde a ese día.
El periódico virtual, tiene aún más vida activa. Ya que constantemente está actualizado para informarnos de las noticias más “frescas”. De esta manera, tiene una gran ventaja sobre la versión impresa por si ocurre alguna noticia a horas de la madrugada. No va a correr el riesgo de “quedar afuera” en la edición siguiente como puede pasar con la versión de papel.
Y por esto es que decimos que esta pieza editorial esta siempre viva, permanentemente activa. Nunca frena, nunca descansa.