Hace poco más de dos años llegaba a los cines argentinos El Gran Hotel Budapest dirigida por Wes Anderson. Honestamente quedé fascinado luego de haber visto la cantidad de elementos cotidianos, por llamarlos de alguna manera, que fueron generados para sostener la historia y darle verosimilitud al universo donde se desarrollan los eventos.
Si bien no me considero un gran conocedor de la obra de Anderson, me alcanzó con ver un poco más de sus películas y ahí entendí que si bien puede ser él quien ponga esmero en querer insertar tal nivel de detalle en lo que al universo cinematográfico respecta, alguien debería desarrollarlos y construirlos, ¿no? Entonces me pregunté quién y cómo había desarrollado tal sistema de piezas gráficas, elementos cotidianos y lenguaje visual correspondiente a la peculiar República de Zubrowka ubicada en el centro de Europa durante la década de 1930.
Así fue como, un tiempo después, mi pregunta encuentra respuesta: Annie Atkins.
Se trata de una diseñadora gráfica irlandesa que se dedicó durante años a trabajar en el ambiente publicitario hasta que un día es contactada por las personas responsables de filmar la película. De esa manera se reúne con Anderson y su diseñador de producción, quienes le proponen construir un conglomerado de objetos y accesorios que serían utilizados por los actores durante el largometraje.
«Wes Anderson es el director más experimental y práctico con el que he colaborado. Trabajé muy de cerca con él y con Adam Stockhausen, su diseñador de producción. El trabajo fue una increíble montaña de experiencia desde el momento en que fui llamada por los productores. Los momentos que viví cerca del elenco en el frío de Zubrowka hasta cuando vi por primera vez en el cine la película completa. Dudo que trabaje en el futuro con un proyecto tan querido y que ha prestado tanta atención al diseño gráfico en mi vida. No pasa un día en que agradezca a Wes y Adam por la oportunidad».
Si bien ellos ya contaban con material referencial, Atkins se encargó de realizar las versiones reales de todos los accesorios que se ven en la película. Cuenta que durante el proceso de preproducción llegaba a presentar veinte modificaciones de distintas propuestas.
Una vez que la propuesta era elegida, llegaba la hora de materializar ese objeto para que sea manipulable por el actor.
Su metodología consiste en usar métodos tradicionales, si es posible, con recursos de la época a la que correspondería el producto final. En este caso, usó una máquina de escribir real para desarrollar los documentos legales o una pluma y tinta para cualquier tipo de pieza que contenga texto manuscrito.
Dichos elementos también fueron envejecidos usando papel de lija, té o simplemente algunos documentos eran impresos sobre soportes que realmente fueron afectados por el paso del tiempo. Según Atkins pueden adquirirse visitando viejas imprentas, casas de antigüedades, locales que coleccionen antiguos elementos usados para impresión o simplemente consultando a personas cercanas por material viejo que tengan estancado en sus casas.
«Cada pieza que desarrollé se basó en una colección de referencias reales que le mostré a Wes Anderson correspondientes al período temporal. Miramos cientos de elementos diseñados en Europa del Este durante el comienzo del siglo pasado».
Pienso que su secreto se alberga en la incansable y meticulosa búsqueda que realiza por imágenes, recursos y técnicas referentes del momento histórico, ejemplos impresos, recorridos por talleres de letristas, entre otras cosas.
Así deja en claro que la creación de un sistema de piezas, ya sea de baja complejidad o algo gigantesco como lo que hizo para esta película, tiene como primera impronta un trabajo de observación que se basa en la curiosidad y en la generación de preguntas que le hace al propio desafío a mi entender. Una vez que dichas preguntas son expuestas, el mismo contexto empieza a respondernos dándonos herramientas, constantes y variables para poder producir este tipo de proyectos.
«Un país ficticio necesita todo tipo de elementos gráficos: banderas, moneda corriente, pasaportes, señalética, etc. Es imposible imaginar o generar tales piezas desde cero; deberías hacer tu propia búsqueda e investigación y así podrás encontrar tesoros que ni siquiera hubieses empezado a hacer hasta haberlos visto con tus propios ojos».
Para finalizar me gustaría dejar este video que sintetiza lo que humildemente traté de exponer con palabras. Si bien no está subtitulado en español, puede entenderse un poco más cómo es por dentro el trabajo que se realiza cuando un sistema de piezas es requerido.