Durante el transcurso de la historia argentina, la prensa gráfica ha presentado numerosos cambios que se corresponden con los distintos requerimientos de las nuevas formas de consumo, cambios económicos y pensamientos políticos. Ahora bien, ¿cómo fue ésta evolución?
La historia de los periódicos argentinos acentuó el interés en eventos culturales, deportivos o laborales. Hasta llegar a la disputa entre Unitarios y Federales, que le dio un vuelco radical y transcendental al periodismo entre 1820 y 1850. A partir de aquí hay un quiebre, donde desde el periódico se empieza a transmitir propagandas políticas e ideológicas hasta convertirse en los principales gestores de intereses políticos.
Luego, la noticia dejó de redactarse desde un fenómeno discursivo sino que se transformó en un producto, un recorte de la realidad o una realidad parcial. Aunque también podría señalársela como una verdad construida a base de intereses económicos y políticos. Es por eso, que las noticias de los diarios dejaron de ser “accidentes”, sino más bien bajadas de línea.
En cuanto a la morfología, en las masas populares suelen aparecer periódicos más vinculados a la clase media y baja como Diario Popular, Crónica o algún ejemplar de tirada deportiva. El diario La Nación está diseñando en cuanto a las prácticas cotidianas de sus lectores. Es decir, como su formato es tan extenso (sábana), está pensado para lectores que gozan de tener tiempo y el espacio para poder leerlo (despachos o comodidad del hogar), y no en un transporte público o en medio de alguna práctica laboral. Por su parte Clarín, a pesar de ser un periódico que suele alinearse ideológicamente con La Nación, logra atrapar a un público tan variado como numeroso. El formato de Clarín se denomina tabloide, el más frecuente en las tiradas.
Un fenómeno que generó una gran fisura en la Industria Gráfica fue el del avance de las tecnologías digitales. El primer periódico digital fue el estadounidense Daily Oklahoma, en 1963, al que le siguió el New York Times y luego el Daily News. En 1994, el diario New York Times estrenó su servicio vía Internet, a través del cual los lectores recibían la prensa en su ordenador por vía telefónica mediante un módem; este fue el origen del paso del diario impreso al de formato electrónico. En Argentina, el diario Perfil tuvo su primera aparición en 1998, convirtiéndose en el primer diario digital del país, para luego pasar a editarse en papel prensa.
Por su parte, el avance de los medios digitales trajo consigo mismo la aparición de las redes sociales como Facebook y Twitter. Éstas permiten una relación más directa que cualquier medio de comunicación denominado previamente. Los diarios tuvieron que incorporar sus plataformas virtuales y crear redes sociales porque les resulta más sencillo seguir publicando los sucesos del día como actualizaciones de último momento, lo cual no podía suceder en tiempos en los que el diario era un ritual que podía llevar todo un día.
De a poco, se potenció la famosa y masiva frase “no tengo suficiente tiempo de leer el diario”. Entonces, las noticias comenzaron a plantearse desde los titulares, fotografías (de impacto visual), gráficos e infografías.
Finalmente, me parece que es importante aclarar que la prensa gráfica cambió porque cambiaron sus lectores y el mundo que los rodea, y porque de no hacerlo, no solo hubiese desaparecido, sino que hubiese perdiendo toda posibilidad de salir victorioso en la disputada de tener la verdad y de perder el poder político y económico.