Suena algo absurdo por momentos el hecho de querer escuchar un vinilo en un aparato portátil que quizás no tenga la alta fidelidad que una buena bandeja tocadiscos pueda ofrecer, ya que una de las grandes cuestiones por las cuales el vinilo está de vuelta es su calidad de audio superior. Pero bueno, los hipsters existen y la demanda lo exige. Así que empresas como CROSLEY aprovechan el momento y diseñan un dispositivo portátil para escuchar vinilos donde quieras.
Si bien la empresa lanzó al mercado su primer tocadiscos en el año 1992, cuando los CD’s todavía reinaban el imperio de la música y el comeback de los vinilos no estaba ni a la vista, la apuesta les salió bien y hoy pueden ofrecer una gran variedad de tocadiscos a la creciente demanda de audiófilos. Actualmente este modelo portátil no se fabrica más pero todavía se puede conseguir cualquiera de sus modelos a través de amazon u otros sitios de venta online.
Además de reproducir los discos de vinilo (de 7″ y 12″) este pequeño dispositivo viene con un software compatible con PC y Mac para digitalizar el audio de los vinilos via USB, en el caso de que no podamos conseguirlos ya digitalizados en iTunes o cualquier otra plataforma de venta de música. Habría que ver con que calidad queda ese audio resultante y si vale la pena tomarse ese trabajo teniendo tan a la mano la posibilidad de comprar las versiones digitales de los discos hoy en día.
El antecesor más conocido del Revolution viene de la mano de Sony en el año 1983 que lanzó su propia linea de tocadiscos portátiles y alta fidelidad. El equipo funcionaba tanto parado como acostado y se le podían conectar hasta d0s auriculares o amplificadores. Esta “joya de la ingeniería” (como lo proclama la mayoría de los sitios que recopila información sobre el aparato), fue ampliamente vendido en Japón bajo el nombre comercial de Flamingo.
Es interesante ver como siempre volvemos a lo mismo, intentando llevar con nosotros la música vayamos a donde vayamos con el medio que sea. Aunque como en estos casos si bien son equipos portátiles, la practicidad de andar con uno de estos en la calle es…poco práctico y probable. Ni hablar de tener que transportar los discos de vinilo. Por mi parte, prefiero tener un buen tocadiscos en casa y dejar para el camino el reproductor de música que más se acomode a mis necesidades.