Dicen que cada vez que se utiliza la Comic Sans, un diseñador gráfico pierde sus alas. Es muy difícil encontrar a uno que la incluya para alguno de sus proyectos, ya no solo porque no guste, sino porque el odio hacia ésta es una clase de convención social, hasta se podría decir que odiar la Comic Sans va de la mano con nuestra profesión. Pero, ¿realmente tenemos razones concretas para ello o simplemente la odiamos por default?
Su diseñador Vincent Connare, trabajaba para Microsoft como diseñador de tipografías para diferentes programas. En uno de estos programas, llamado Microsoft Bob, protagonizaba un perrito llamado Rover en el que sus burbujas de habla se utilizaba Times New Roman. Connare ya había creado una serie tipográfica orientada hacia niños en varias aplicaciones, y no dudó en que Microsoft Bob iba a necesitar una tipografía menos seria.
Así fue como en octubre del 1994, inspirado en libros de comics, Vincent comenzó a diseñar la luego infame fuente Comic Sans. A la hora de diseñarla, Connare comenzó con el pie izquierdo ya que se lanzó a hacerla sin bocetos ni planeación. Ese fue el origen de sus problemas de trazado. El diseñador le dio el mismo peso a las bajadas y a las horizontales de cada signo, cosa que se evita para dar un peso visual más uniforme. Por lo tanto en los empalmes de la Comic Sans se hace una mancha negra que le quita el balance a todo el signo. Si entrecierras los ojos mirando un párrafo en esta fuente, notarás que hay un área desproporcionada donde se encuentran las uniones, por lo tanto no hay un gris parejo.
Pero la mala gestión del peso visual dentro de las mismas letras no fue el único error en cuanto al diseño de la Comic Sans. El interletrado de la misma es muy pobre. El kerning (la distancia entre dos letras) tienen parámetros establecidos para casi todas las combinaciones de letras (en las que eventualmente se puede establecer la fuente) en las fuentes bien diseñadas; lo cual no es el caso de la Comic Sans. Pueden ver que ésta fuente tiene un interletrado incómodo entre la “f” y la “o”, pero estas dos no se podrían acercar más, ya que crearía un área de tensión entre la barra transversal de la “f” y la “o”. Se pueden ver problemas similares en toda la fuente, pero este es uno de los mejores ejemplos. Esto pasa por no haber tenido en cuenta el kerning a la hora del diseño de cada signo, ya que se podría haber evitado acortando la barra transversal de la “f”.
Connare completó su diseño de la fuente demasiado tarde como para incluirlo en Microsoft Bob, pero sí se utilizó en otras aplicaciones de Microsoft. La Comic Sans no fue diseñada ni para un uso generalizado ni, por supuesto, para ser impresa en papel, sino para su uso en interfaces. Sin embargo, es posible verla en cualquier lugar ya que la fuente terminó incluida en los paquetes de Microsoft Office. Una vez que la fuente estaba en manos de los usuarios de Windows 95, nadie es quién para decirles como utilizarla. Comenzó a imprimirse, y se utilizaba para todo, desde invitaciones de cumpleaños hasta tarjetas de negocios.
Aunque pueda parecer una letra divertida o amigable, es necesario saber cuándo y con qué motivo utilizarla. Todo bajó en picada cuando se empezó a ver en oficinas para poner mensajes que debían “sonar” mas amigable, ya que esto llevo a que se termine utilizando para presentaciones profesionales, informes, comunicados, etc., que, sin duda, es un error imperdonable. Un ejemplo de la naturaleza informal de su diseño se puede ver en el símbolo del euro (€), para el que en algunas versiones tiene un ojo en el serif de la parte superior, haciendo que parezca una cara.
Inexplicablemente, fue utilizada por el CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear) para un trabajo de Power Point en el que anunciaban la posible localización del Bosón de Higgs. Probablemente se utilizó con el fin de que el mensaje fuera más cercano y entretenido, pero lo arruinó; uno de los acontecimientos más importantes a nivel científico, echado a perder por el uso incorrecto de una fuente incoherente.
Dado al análisis de la historia y diseño de nuestra no muy querida fuente Comic Sans, mi conclusión es que, a demás de tener un diseño de signos pobre y descuidado, haberla expuesto a las masas fue el error más grave. Yo, como futura diseñadora gráfica, decido llevar a cabo mi legado y continuaré evitandola a toda costa.