Germán AbalLa escritura acompaña al hombre desde que este tuvo la necesidad de registrar datos.
A medida que su vocabulario se fue complejizando, también lo hizo la escritura.
A causa del desarrollo de la imprenta y los avances tecnológicos surgieron una gran
cantidad de tipografías. Pero la escritura a mano se fue empobreciendo cada vez más.
Si observamos los cuadernos de los estudiantes de secundario y universitarios,
la mayoría opta por escribir en imprenta en vez de en cursiva, como nos enseñaron
en la escuela primaria. Esta decisión generalmente se debe a que, a la hora de tomar
apuntes en clase, la letra imprenta es más rápida de escribir y es más clara para leerla
después. En cambio, la cursiva requiere mayor cuidado en el trazo para que luego
pueda ser comprendida correctamente.
Entonces, ¿Cuáles son los aportes de la letra cursiva de los que nos estamos perdiendo
en el afán de copiar con exactitud lo que dice un docente o lo escrito en el pizarrón?
Uno de estos es la pérdida de personalización de la letra, algo que la imprenta aporta
en menor medida.
Podemos decir que la cursiva tiene mucha personalidad. Algunos la hacen más circular,
otros con muchos garabatos o la hacen más compacta. También hay cierto grupo
depersonas egresados de una carrera en particular que se distinguen por aplastarla
contra el renglón y darle forma de olas.
Este tipo de letra dice mucho de quien la escriba y nos permite expresar mejor nuestra
personalidad. Una carta manuscrita es un detalle personal, pero si para ellos utilizamos
la cursiva, logrará transportarnos a otra época y le dará un toque de romanticismo.
Ahora que nos hemos acercando un poco más a la cursiva, podríamos intentar darle una
nueva oportunidad y un espacio dentro de nuestros apuntes y anotaciones para llenar
nuestros cuadernos con un poco de romance. Yo al menos la seguiré usando,
¿Ustedes se animan también?
