EL GENIO MALIGNO

¿Qué pienso cuando pienso? - La comunicación es para mi, un constante desafío: Mi labor como diseñadora y mis pensamientos mutantes.

24/05/2018:

Veo el pulsor titilando en la pantalla y pienso… ¿Qué significará eso? ¿Me está esperando? ¿Sabe que no se ni por dónde empezar? Sé que es lo que quiero decir, (o quizá no del todo) pero me es complejo hacerlo de esta manera. ¿Cómo comunicar para siempre a través de algo escrito? Qué responsabilidad tan grande tenemos como diseñadores, COMUNICAR.

Creo que no tengo aun las certezas suficientes como para poder dejar registrado lo que pienso por escrito, tampoco tengo la practicidad de hacerlo. No es inseguridad, si no, que creo que somos seres en constante cambio y movimiento, que podemos hablar de cosas concretas estando instruidos y capacitados para hacerlo. Pero cuando se trata de opiniones tomo distancia en ver si realmente pienso lo que pienso, porque creo, que a veces mi cerebro me traiciona. Sería lo que Descartes llamó “El Genio Maligno”, versión 2018, rodeado de tecnología, estereotipos, contra estereotipos, influencers en Instagram, etc, etc, etc, etc, etc, etc. Pero no es tener pocos principios o ideales, sino que es la importancia de no aferrarme a las ideas y poder mutar en este mundo entendiendo que nada es como uno cree, si no que creemos como es la nada. Cualquier experiencia cotidiana, por más mínima que sea puede cambiar mi punto de vista respecto algo, lo importante es poder dejar llevar esos pensamientos, dejarlos equivocarse, que vuelvan a indagar, pero ser pasional y seguro al expresarlos. “Esto es así o asa” aunque lo hago el 99% de las veces que me expreso, porque soy una convencida de lo que pienso, será hasta que “se demuestre (a mí misma) lo contrario”, hasta que no sea más así o asa para mí.

Me es muy difícil poder comunicar lo que pienso por escrito (importante tarea para el diseñador). Debo ser impecable con mis palabras (“Los 4 acuerdos” – Miguel Ruiz*) pueden llegar a estar en el cosmos cibernético mucho tiempo, no hay vuelta atrás, no hay retractarse. Esta inestabilidad que me genera el dejar mis pensamientos ser mutantes, renglón a renglón, me hacen sentir presión y miedo ya que las palabras siguen latiendo más arriba en este “Word 2013” que era al principio solo una hoja en blanco. Más fácil es cuando oralmente puedo decir “No fue lo que quise decir” “Yo no dije eso”. Ahora, apareció el desafío y la conciencia.

Cada vez que me detengo a pensar, hace lo mismo, sigue titilando el pulsor, como si no entendiera que quizá ya no soy la misma que al principio del texto, porque probablemente, ya no lo sea.

Como he dicho, creo que no tengo aun las certezas suficientes como para poder dejar registrado lo que pienso, y espero nunca tenerlas, porque así, no seré un ser en constante crecimiento.

25/05/2018:

Desestima lo que escribí, no sé si estoy de acuerdo…

 

 

 

*  “Los cuatro acuerdos es un ensayo de presunta soteriología tolteca escrito por el médico mexicano Miguel Ruiz que, según él mismo, está basado en la sabiduría de los antiguos toltecas. Relata la cosmovisión que debería tener un ser humano para estar en equilibrio personal, emocional, mental y social; incorporando un sencillo procedimiento para eliminar creencias heredadas que limitan al ser humano.” – Wikipedia, la enciclopedia libre.