La idea de este posteo es dar a conocer de una forma diferente a las personas que tienen un ojo crítico y a las que no. ¿Cómo vamos a llegar a eso? Simplemente incorporando ideas de un libro que leí últimamente que se llama ‘’El cuerpo y sus costuras’’, un libro donde en síntesis hay dos 2 personas enfrentadas con diferentes posturas que en realidad terminan peleando por una misma. No voy a hacer mención de fragmentos ni de ninguna parte en particular del libro, solo lo pongo sobre la mesa porque fue el contenido que me inspiro para hablar de estos dos mundos.
Ya que establecimos los puntos de partida, quiero plasmar el tema mencionado de las “dualidades”. Avismalmente podemos encontrar dos grupos de personas, las que tienen un ojo crítico con respecto a la tipografía, y las que les dan lo mismo tanto su uso, como su forma, hasta inclusive como se llama.
El primer grupo está conformado por una parte reducida de la sociedad, que son los que se forman con teoría y técnicas de la tipografía… o por lo menos, que se están formando como en nuestro caso que somos diseñadores en camino. Además está integrada por arquitectos, ingenieros, editores, tipógrafos o podría referirse también como “Gente FADU”.
Este grupo ve cosas de la tipografía que nadie ve, como si se tuviera rayo láser. Cuando se habla de ella, nos referimos con pasión. La tipografía a nuestra vista es un arte y la técnica de manejo y selección de tipos para crear trabajos que posean cierto tipo de estructura, ritmo y alineación. Esta “forma de ver el mundo” previamente mencionada en otros posteos del blog, nos cambió la vida significativamente… porque nos trajo obsesión y a veces capricho.
Una vez que se entró en este mundo es muy difícil salir, porque se empieza a pensar en la armonía de la composición, el recorrido de las piezas, la combinación de tipos, y miles y miles de cosas más… logrando así que jamás se puede volver a mirar una pieza de la misma forma. Esta capacidad de observación hace que se aprecien los trabajos gráficos y tipográficos de forma diferente, encontrándoles un lado B. A esto lo podríamos llamar la construcción del “ojo o mirada crítica”. Una vez alcanzado este punto NO HAY VUELTA ATRÁS, porque se empieza a encontrar errores por todos lados, ya sea en la interletra por ejemplo de un cartel de cine, o simplemente en el letrero de un local. Estos errores se van haciendo más notorios, y no solo eso, sino que suelen encontrarse más cantidad de ellos porque van en simultaneidad de nuestro crecimiento crítico al ir entrenando y absorbiendo nuevas técnicas.
Por otra parte, se puede mencionar a los muggles de la tipografía que forman parte del resto de la población. Este grupo que desconoce a la tipografía, por no pertenecer al otro grupo, suelen referirse a ella como: “alfabetos de distintas formas, diferentes formas de escritura, y muy vaga vez, que para nosotros sería casi un logro, llegan a llamarla fuentes”.
El problema que tenemos con este grupo, los que no tiene pasión por el “mundo tipográfico”, es que muchas veces les otorgan la realización de trabajos de diseño que no les corresponden. Por ejemplo, el armado de un folleto.
-Esa típica: -El amigo del tío del primo se defiende con Illustrator o Photoshop y te puede salvar de pagarle a un diseñador… ¿No tendría que ser ilegal? Porque hoy en la calle al encontrarnos con estos “diseños del tío o del amigo” nos llenamos de frustración. Como si el estrés facultativo no fuese suficiente!!!!
En fin, si bien en estos dos grupos existe una aproximación como vimos en el párrafo anterior, sería ideal que la distancia que se marca entre ellos pueda mantenerse debido al esfuerzo y la dedicación que conlleva la formación del primer grupo. Es decir que la misma sea respetada y tomada en cuenta por su verdadero valor a la hora de realizar un trabajo de diseño. Logrando así que nuestra carrera siga creciendo en cuanto a su posición.