Siempre nos la rebuscamos. Giramos la hoja, usamos mucho borratinta, cambiamos el mouse de lugar, los cubiertos, y a veces nos amoldamos sin darnos cuenta o simplemente cansados de luchar.
Pero no la pasamos mal, hasta que nos encontramos en tipografía haciendo caligrafía. Por lo menos esos me pasó a mi.
Si hay algo que fue pensado solo para diestro en la historia, es la caligrafía. Los trazos de cualquier hermosa caligrafía son producto de una coreografía manual que fue inventada para diestros. Entonces aparecemos nosotros, y nos recomiendan que trabajemos como un video en reversa. Nos dicen que empecemos de atrás para adelante, con la última letra, y que los trazos vayan al revés, de abajo para arriba como si estuviéramos en una canción de Maria Elena Walsh.
En mi primer encuentro con la caligrafía me enteré que algunos de los profesores de la cátedra en la que cursaba eran zurdos, no muchos, pero con que hubiese uno a mi me alcanzaba. Tengo que admitir que cuando se que alguien es zurdo es como que ya me genera una pequeña alegría, sobre todo cuando se trata de artistas, deportistas, y ni hablar de los profesores, que son mis referentes más cercanos. Me hace sentir que puedo hacer cosas hermosas como las que ellos hacen.
Aunque para ser realistas, sin un poco de esfuerzo ni práctica, a todos nos cuesta, sin importar con qué mano escribamos.
La caligrafía es una rama de la tipografía muy hermosa y disciplinada, que con la práctica te puede llevar a hacer cosas hermosas sin tener que marcar renglones ni guías. Pero como todo en esta hermosa carrera y en la vida, es cuestión de sentarse, prestar atención, entender lo que estamos viendo, y practicar. Cambiar de hoja cuando se manche, sin tirar todos esos intentos fallidos, porque de eso también se aprende.
Cuando yo empecé no pudieron decirme con certeza cómo debía hacer las cosas, como debía poner mi lienzo porque era algo que yo tenía que probar hasta descubrir la forma más cómoda. Pero pudieron decirme con seguridad que si no podía hacer los trazos con la mano derecha, los empezara al revés, como dije más arriba, empezar los trazos de abajo para arriba. Y la verdad que se sentía raro, pero no se sentía difícil.
En estos días investigando, encontré en un apunte de otra cátedra (me siento una traidora) de 73 hojas, UNA carilla dedicada a los zurdos. En ella se muestran las distintas posiciones en las que puede ir el papel, con su respectiva posición de la mano y tipo de pluma.
http://www.typo1.com.ar/wp-content/uploads/2017/04/Fasciculo_Caligrafia_2018_optimizado.pdf
Sin irnos de la cátedra, en la página https://www.catedracosgaya.com.ar/ tenemos dos archivos que nos muestran el ductus para zurdos de algunos estilos caligráficos.
(Las imágenes se ven así en el pdf original.)
Al final, les cuento que salí vencedora, pude hacer un afiche caligráfico prolijo, sin manchas (después de varios intentos) y con un resultado que me dejó muy contenta. No saqué nueve, ni mucho menos diez, pero el resultado era más de los que esperaba cuando arranqué el trabajo práctico. (No tengo una foto para mostrarles pero la nota fue entre cinco y seis, nada fantástico.) Y si bien a lo largo de la cursada no tengo la suerte de sentir esa misma satisfacción y superación en todos los trabajos prácticos, sigo para adelante tratando de aprender y seguir mejorando.
Dato de color: encontré una página que te permite armar y descargar un archivo con las guías de altura x, ascendentes y descendentes según la pluma que tengas. http://ductus.josselincuette.com/