Una tecnología que en décadas pasadas parecía cosa de ciencia ficción, o que solo la podrían utilizar grandes empresas o asociaciones científicas: la inteligencia artificial (AI). Hoy en día esta tecnología ya es una herramienta de uso diario y experimentación constante. El uso actual más expandido de la inteligencia artificial es el machine learning o aprendizaje automático, y está basado en la idea de que deberíamos dar a las máquinas acceso a los datos y permitirles aprender por sí mismos.
Como lo dice su nombre, una máquina (en realidad un algoritmo) revisa datos y es capaz de predecir comportamientos futuros. En lugar de escribir código, se alimenta con datos a un algoritmo genérico y este construye su propia lógica basada en los datos. Esto implica que luego, estos sistemas se mejoran de forma autónoma con el tiempo a partir de la sucesión de varias generaciones exitosas.
No es la inteligencia artificial que nos suele venir a la mente al oír la palabra, no van a desarrollar emociones o esclavizarnos (aún). Y aunque se intenta que las AI emulen habilidades como memoria, lenguaje, aprendizaje, expresión o reconocimiento de patrones, tampoco son completamente autónomas al hacerlo. Se puede decir que son más bien “inteligencias aumentadas”, todavía requieren de la inteligencia humana para definir reglas y orientar el camino.
Ciertamente, lo increíble de las AI y el machine learning es la flexibilidad en sus aplicaciones. Hay desde AI’s que son el cerebro detrás de los vehículos autónomos desarrollados por Google, trabajan en los sistemas de detección de fraude de los bancos, son algoritmos que simulan y recrean acciones biológicas, y hasta hay inteligencias como MarI/O, que aprendió a jugar al Super Mario World.
Y ya hay y se siguen desarrollando todo el tiempo diversas inteligencias relacionadas al mundo del arte y del diseño: AI que modifican fotografías, que pintan bocetos o que identifican obras.
FONT MAP
Algo interesante que me encontré este año es un experimento devenido en proyecto: Font Map, realizado por el diseñador de software estadounidense Kevin Ho. Inspirado en proyectos donde se hizo uso del machine learning para organizar fotografías en mapas visuales, Kevin se preguntó si podía hacer lo mismo con tipografía, para crear herramientas que ayuden a los diseñadores.
Así fue que empezó con Font Map, una herramienta interactiva que permite navegar entre tipografías, haciendo clic en ellas y viendo cuales son las más cercanas en parentesco.
Construyó el mapa utilizando un algoritmo de aprendizaje automático que puede ordenar las fuentes por características visuales, como el peso, si es serif o san-serif, y cursiva o no cursiva. Tomando de muestra una imagen que generó para cada tipografía con la palabra handgloves y través de un algoritmo que reconociera las características visuales notables de cada familia es que creó un mapa con 750 familias de Google Fonts organizadas en un espacio 2D.
Los resultados fueron sorprendentemente precisos y el algoritmo logró organizar grupos de familias similares, así como separar tipografías más extrañas y con menos relaciones. Una vez creado el mapa, y con ayuda de otros diseñadores, lo tradujo en una herramienta online que sea interesante y útil para los diseñadores.
El mapa sirve como un vistazo rápido y organizado de 750 familias tipográficas, y es útil al momento de tener que buscar una tipografía para un proyecto cuando el sistema de búsqueda tradicional por categorías no nos da los resultados que queremos.
FINALMENTE
Nos abre la ventana a pensar en las posibilidades que nos pueden dar los sistemas de inteligencia artificial al momento de ayudar en el proceso del diseño. Como lo plantea el creador de Font Map, es un proceso que puede ser aplicable a infinidad de otras variables y escalas más grandes. Dado que la inteligencia artificial es ahora es más accesible que nunca, los diseñadores tenemos la oportunidad de pensar cómo se puede aplicar el aprendizaje automático para mejorar los productos y la experiencia de diseño.
Dejo enlace a la página Experiments with Google, dónde encontré por primera vez la aplicación de Font Map y donde hay muchos otros experimentos con AI, de arte, diseño y tecnología.