Siempre me resulta difícil el momento de escoger un tema sobre el cual discutir. A la hora de situarme en un tópico y expresar mi opinión nunca obtengo una rápida y sencilla resolución, porque siempre hay diversos puntos de vista que abordan el tema sobre el cual uno quiere explayarse y es complicado elegir uno de ellos.
He decidido, en este caso, hablar sobre la música, pero más precisamente sobre la tipografía en los álbumes o discos y he optado aquí por un artista que me apasiona, que bien podría afirmar, es mi favorito. Este artista elegido es Eminem y seleccioné dos de sus mejores álbumes para analizar y si se quiere, compararlos. Relapse y The Marshall Mathers LP2.
Para iniciar esta suerte de recorrido tipográfico de ambos discos, lo haré cronológicamente. Es así que empezaré con Relapse, editado en el 2009.
Es, en este disco, fácil de identificar, en la portada, la tipografía que se ubica en el ángulo inferior izquierdo. Se produce un juego al utilizarla, de manera tal que simule un prospecto de un medicamento. Esta forma de presentar la tipografía puede, sencillamente, anclarse a la imágen que figura en la tapa, ya que la cara que se observa está generada a partir de pastillas. Además, se ve a la tipografía acompañada de algunas misceláneas que refuerzan la idea de prospecto de medicamento, como la franja amarilla que figura por detrás de la frase Refills: 05-19-09 fecha en la que fue lanzado el disco.
Otro dato a tener en cuenta es que figura en esta tapa, claro está, el nombre del artista que, tiene como marca personal el uso de una tipografía Sans Serif y el hecho de dar vuelta, en su nombre, algunos signos, principalmente la E, como también lo hace en el nombre de éste álbum.
Continuando con el análisis de portadas, veremos ahora la tapa del disco The Marshall Mathers LP2, editado en 2013.
A diferencia del álbum anterior, identificamos en esta tapa, un trabajo tipográfico mucho más sutil. Únicamente, encontramos el nombre del artista y el título del álbum, sin ningún agregado, en el ángulo superior derecho. Además de los números que figuran en la puerta de la casa.
Comenzando por el nombre del artista, observamos en esta ocasión, que no tenemos solamente el recurso lúdico de espejar los signos, sino que se le suma ahora la acción de compartir los bastones de los mismos. Es así que se reconstruyen las letras sin necesidad de utilizar todo el signo. Puede agregarse, que el artista emplea este recurso a partir de este álbum. En el siguiente álbum (y su último) lo utiliza también.
Debajo de EMINEM, separado por una miscelánea, se ubica el título del disco que está compuesto por dos tipografías diferentes. Una para THE, 2 y LP que, considero, es la misma familia utilizada en el nombre del artista y otra para MARSHALL y MATHERS, que se ancla a la imágen, puesto que se está empleando un estilo más grunge que, si se quiere, acompaña la tipografía que aparece en la puerta de la casa.
Dejando de lado las tapas de los discos, pasaré ahora a analizar los interiores de los booklet, donde se ubican generalmente las letras de las canciones. He seleccionado para analizar una doble página de cada booklet, dado que es un sistema y en todas las páginas se repite lo mismo. Comenzaré por Relapse nuevamente.
Lo primero que podemos observar al abrir esta doble página, es una disposición del texto en columnas. Esto le permite al diseñador, conseguir un mayor espacio para lograr ubicar una mayor cantidad de letras de canciones en una única doble página. Tenemos en este caso, tres canciones, aunque se consiguen ubicar hasta una cuarta canción en algunos otros sectores del booklet.
La selección de la familia tipográfica es, en este caso, una sola, la Helvética. Se utiliza en todo momento y para todo. La única diferenciación entre texto ordinario y título o separación de las diversas partes de la canción, se produce con las diferentes variantes de esta familia y el uso de variados tamaños. Diferenciamos en esta ocasión, el uso de una tipografía Helvética bold, para los títulos de las canciones que, además, están en un mayor tamaño que las letras. Por otro lado, se logran identificar las diferentes partes de las canciones, como la Intro, el Bridge, los diferentes versos y el Chorus a partir, también, del uso bold de la tipografía.
Otra manera que tenemos de diferenciar al título del bloque de texto, es la separación que produce la miscelánea que a este acompaña y que, además, marca el ancho del bloque de texto.
Podríamos agregar a este pequeño análisis, que este booklet, no contiene usos cromáticos diferentes y siempre utiliza el negro, con respecto al texto. Su única forma de organización es el uso de variantes tipográficas.
Continuando con el análisis de las diferentes piezas, aquí observamos una doble página del booklet del disco The Marshall Mathers LP2.
A diferencia del booklet anterior, observamos en la doble página de éste que, desde un principio es diferente, puesto que la disposición en la página, es del texto ocupando todo el ancho de la misma, hasta llegar a la imágen que contornea, ubicada en el centro de la doble página. Si uno quisiera obtener la letra de más canciones en un espacio más reducido, sin duda seguiría el camino del booklet anterior, dado que de la manera que se dispone el texto en esta doble página, únicamente permite que abarque dos canciones.
La decisión del diseñador fue, en esta ocasión, el empleo de tres tipografías diferentes, dos más que en el álbum anterior. Ubicamos en el gran bloque de texto, donde se encuentran las letras de las canciones, una tipografía Helvética condensed. Para los títulos de las mismas, identificamos, en la canción Stronger tan I was una tipografía Script, que simula el trazo de una persona al escribir y en la canción Brainless una tipografía que, basándome en la uniformidad del grosor de los bastones y en la morfología de los signos, puedo decir que se empleó una tipografía similar a la Daily Tabloid JNL, que ya de por sí, es una tipografía diseñada de forma condensada.
A la hora de organizar el texto, el uso del color se hace presente y a diferencia del booklet anterior, se utilizan en este al menos tres colores, estos son rojo, negro y verde claro (C:35%, M:25%, Y: 35%, K:0%, aproximadamente). El negro, tanto aquí como en el álbum anterior, se utiliza para el 95% del texto, que contiene las letras de las canciones. El rojo se emplea, en este caso, para dos situaciones diferentes que, si bien no son iguales, sirven para organizar el texto y guiar al lector. Estas situaciones son la de identificación del título y la de separación de las diferentes partes de la canción, como las ya nombradas anteriormente. Finalmente tenemos el verde claro, cuya única función es diferenciar a ciertos títulos del texto de sus canciones, aunque podemos agregar que, el mayor tamaño de la tipografía en los títulos refuerza esta operación.
En cuanto al tema de la organización del texto, podemos afirmar que los únicos recursos que posee esta pieza para la misma, son el color de la tipografía y los diversos tamaños, puesto que no figuran en ningún lugar misceláneas que acompañen estas diferenciaciones.
Todos estos análisis realizados a lo largo de este segmento, nos hacen dar cuenta que no es necesario que el artista posea una única impronta, exceptuando, claro, el uso de la misma en el nombre del cantante o de la banda que, por supuesto, lo representa. Citando algunos ejemplos aparecen Metallica, Aerosmith o el mismo Eminem, cuyo logo es tipográfico.
Sin embargo, a la hora de diseñar los discos no es imperativo que se utilice siempre la misma tipografía, la misma disposición o los mismos colores, dado que, como ya vimos, de todas maneras, funciona y no deja de reconocerse al artista por el diverso uso tipográfico. Puede tener más o menos misceláneas, más o menos uso de colores o más o menos usos de combinaciones tipográficas, pero aquí lo realmente significante es que figure el logo (siempre y cuando sea tipográfico) del artista en la tapa del álbum.
Por otro lado, el uso de todos estos recursos, no deja de ser un aporte positivo al diseño de la pieza, ya que no genera en el público lector una sensación de aburrimiento a la hora de leerlo, como si podría suceder en casos como el del primer álbum, donde solamente se utiliza una tipografía y donde únicamente se utiliza un color. Otra situación que pudiese darse en casos como este, sería el prematuro conocimiento de la pieza completa, por parte del lector, dado que a medida que van pasando las páginas, nada cambia. Esto produce en el público, un desencanto con la pieza y generaría en este, pocas ganas de continuar leyendo.