Nuestros acercamientos a la tipografía se dan mucho antes de pensar en espaciados, cuerdos y contra formas y se concretan en el momento que podemos decodificar signos de los cuales nos vemos rodeados para interpretarlos como parte del lenguaje.
No todos escribimos con la misma cantidad de rulos la E o ornamentamos igual la T ya que cada uno recibió distintas formaciones y conoció cada letra de personas distintas. Docentes, padres, carteles, libros, historietas y demás conforman nuestro ideario tipográfico cuando comenzamos a leer y a escribir.
Por todo esto el proceso de alfabetización no es igual en todos. En este podemos diferenciar el momento donde no identificamos ningún signo tipográfico para luego conocerlos y una vez incorporados reconstruir, hasta en expresiones mucho menos claras las morfologías tipográficas. Pero así como el diseño de cualquier familia debe tener en cuenta las gestualidades a las que estamos acostumbrados también nuestros primeros contactos con estas mismas deberían tener en cuenta nuestros conocimientos previos.
Si hablamos de aprendizaje y remitiéndonos a métodos como el de Paulo Freire* de alfabetización, se puede demostrar que se puede codificar con más facilidad las palabras que conocemos y que usamos más frecuentemente, por estar más acostumbrados con su fonética por lo que se debería comenzar con palabras presentes en nuestro día a día y que estas una vez desintegradas en letras sirvan de “generadoras” de otras palabras más complejas o desconocidas por cada individuo.
Y ya pasando al plano gráfico del aprendizaje también se debería seguir el mismo camino y que lo más conocido nos abra el camino hacia lo más complejo.
Hoy en día en nuestro país el método educativo nos aproxima primero la escritura en imprenta ya que sus formas más geométricas serian más pregnantes y fáciles de diferenciar. Pero no en todas las situaciones es este el caso y en vez de facilitar se dificulta la incorporación de estos saberes.
Hay comunidades que están más expuestas desde pequeños a las formas más orgánicas de la escritura en cursiva. Esto provoca la dificultad en la alfabetización llevando a tener grupos muy heterogéneos en nivel de aprendizaje sin tener en cuenta casos de dislexia u otras condiciones.
Esto nos lleva a pensar si el sistema educativo es lo suficientemente flexible para contener la gran variedad de experiencias que ya tienen los sujetos en su nivel inicial, si también conceptos tipográficos deberían ser incorporados en la formación de educadores y si como diseñadores podemos hacer algo para facilitar estos procesos.
*Paulo Freire fue un influyente educador y experto en temas de educación brasilero, gracias a quien se redujo sustancialmente la tasa de analfabetismo en el país.