Tipos de decisiones

Una de las cosas que más me impacienta a la hora de encarar un proyecto, trabajo o lo que sea que vaya a tener letras es elegir cuáles y cómo usarlas. La tipografía es uno de los pilares fundamentales de cualquier pieza de diseño. En las reflexiones que se aproximan dejaré de lado cuestiones de […]

Una de las cosas que más me impacienta a la hora de encarar un proyecto, trabajo o lo que sea que vaya a tener letras es elegir cuáles y cómo usarlas. La tipografía es uno de los pilares fundamentales de cualquier pieza de diseño. En las reflexiones que se aproximan dejaré de lado cuestiones de legibilidad, elección para textos de lectura y combinación de fuentes y me centraré en la tipografía como medio de manifestación gráfica (más relacionada a titulares, destacados, afiches, carteles publicitarios etc.), refiriéndome a la elección tipográfica para transmitir un concepto, una idea o una sensación.

_

¿Existe una fórmula para tan importante determinación? la verdad, no lo sé fehacientemente pero me gustaría compartir con ustedes algunas historias y conclusiones que fui recopilando y que quizás sirvan como punto de partida para esta crucial elección.

Primero pensemos que cada fuente fue creada en un contexto (social, político, económico, artístico, tecnológico), eso tiene mucho para decirnos, ese entorno de creación permite generar asociaciones simbólicas en el lector que transmiten algo acerca del contenido. Hace un tiempo estaba leyendo Maestros Tipógrafos (1) de Mario Ortíz, texto en el cual habla entre tantas cosas de la fuente Bifur. Para los que no la conocen, fue creada por Cassandre en 1929 y está formada por un trazo negro que actúa como soporte y por el otro una trama de finísimas líneas paralelas (horizontales y verticales) que terminan conformando cada letra. En ella podemos encontrar huellas vanguardistas e impronta del Art Decó. La Bifur se veía reflejada en los objetos de uso cotidiano (como el aparato de radio), automóviles, arquitectura. Era una manifestación del proceso por el que pasaba el mundo en ese entonces. El uso de familias arquetípicas como estas, nos sirven para reflejar una época determinada (en una pieza que necesite emular ese tiempo por ejemplo) pero tienen la limitación de que se convierten en eso en la mente de todos y no trascienden, quedan tan fuertemente unidas a una época que se transforman en “fantasmas semióticos” (2), lo mismo pasa con una gótica o con otras fuentes tan arraigadas a una tiempo cultural o a una asociación simbólica, como una tipo que simula el paso de una máquina de escribir.

La Bifur y una radio de la época

Cada estilo trae su carga y comparaciones precedentes de las cuales no puede escapar. Una caligráfica puede transmitir elegancia, una manuscrita al paso protesta, una grotesca contemporaneidad, todo dependiendo del marco que la contenga (siempre).

 

Tipografía como expresión

Otros de los relatos de Ortiz cuentan la historia de la osadía de un herrero del Holocausto. En ese momento las puertas de los campos de concentración llevaban soldadas en austeras letras san serif una frase que decía algo así como el trabajo los liberará (en alemán), el prisionero obligado a montar este nefasto letrero, soldó la b larga al revés como muestra de su disconformidad. Esta historia nos deja claro entonces que las letras son mucho más que simples formas y cualquier decisión que tomemos en torno a ellas nos permite otorgarle una segunda lectura, podemos usarlas para comunicar un significado, una idea o transmitir una emoción mediante su manipulación. Rotar, espejar, romper, yuxtaponer, ocultar, jugar con escalas y contrastes, cualquier operación morfológica es válida

En conclusión, a la hora de la elección tipográfica, así como en qué contexto la dispondremos y como operemos sobre ella para expresar un tiempo, un tono, una ideología o una manifestación de cualquier tipo, no se puede dejar nada librado al azar. Para eso es primordial tener muy en claro qué es lo que queremos transmitir, documentarnos y luego tomar la decisión correcta.

Le dejo algunas fuentes de inspiración a las que vale la pena echarle un vistazo:

La poesía concreta y el trabajo de Carlos Drummond de Andrade, Stéphane Mallarmé, George Herberte Ian Hamilton Finlay; en el constructivismo ruso, la Bauhaus y el dadaísmo; en la obra de Otto Storch, Alexey Brodovitch, Tom Wolsey, Neville Brody, David Carson, Martín Venezky y Vince Frost.

de izq. a der. Venezky, Frost, Carson, Mallarmé y Brody

(1) Del Cuaderno de Lengua y Literatura V, VI y VII
(2) Dice Mario Ortiz sobre las fuentes que son huellas de un futuro pasado.

 

Bibliografía:

Ortiz, de Mario. Cuadernos de lengua y literatura V, VI y VII; (Eterna Cadencia, 2013)

Lupton, Ellen. Pensar con tipos; (Gili, 2013)

Caldwell, Cath.  Diseño Editorial. (Gili, 2014)