La infografía fue diseñada por Valentina D’Efilippo y busca reflejar las pérdidas humanas de las distintas guerras a lo largo de los siglos XX y XXI.
El diseño y el nombre está inspirado en el poema de John McCrae Alexander En los campos de Flandes (texto que da origen a la amapola como símbolo de conmemoración). La pieza utiliza tres variables de información: la duración, los países involucrados y la cantidad de muertes. El tallo nace del año en el que comienza la guerra y la amapola “florece” en el año que termina, el tamaño de la flor revela la cantidad de muertes y las variaciones de color representa las regiones participantes. La amapola en este caso es utilizada como guiño y como recurso gráfico. La tipografía toma un rol secundario, no hay ningún momento donde cobre un lugar protagónico ni tampoco aparecen momentos de lectura “inmersiva” con grandes bloques de texto. En su mayoría son solo datos puntuales.
La primera aparición fue en The Infographic History of the World, D’Efilippo (2013) que busca contar a través de gráficos la historia de la humanidad. El libro es un soporte estático con limitaciones espaciales y es por estas restricciones que el no se profundiza en ninguna de las guerras y tan solo nombra las más relevantes. En 2014 por el centenario de la Primera Guerra Mundial, la autora crea una página web llamada Poppy Fields y lleva la infografía, antes estática, a una interfaz digital que no solo permite la interactividad del usuario con la pieza, sino que incorpora más información.
La página web comienza con un scroll vertical, dónde aparece primero un título seguido por datos numéricos de la Primera Guerra Mundial, luego por la historia del Día del Recuerdo y por último una introducción al tema analizado.
La aparición de la infografía es de forma animada imitando el florecer de las amapolas. El gráfico no solo incorpora más guerras si no que al colocar el cursor sobre una flor se resalta y aparece el nombre de suceso. Al hacer clic sobre ella aparece información sobre la guerra, incluido el período de tiempo, la duración, la región, los países participantes, las muertes, la fuente de datos y cualquier nota asociada con la misma. Volver al gráfico completo es fácil e intuitivo y al seleccionar un conflicto, la amapola se resalta exactamente dónde está en la línea de tiempo sin cambiar su tamaño lo que genera que el usuario siempre se mantenga en el mismo lugar y no se abrume con la cantidad de información.
Hay muchos casos en donde se superponen datos, produciendo a veces la misma flor. La solución que permite la interfaz es la utilización de cuadrados en la parte inferior de la pantalla de información y al hacer clic entre ellos, el usuario avanza y retrocede entre los conflictos que se superponen. Otra interacción son los filtros (ya sea por años, por cantidad de muertes o por regiones) y al activarlos el diagrama se modifica según la información que se le indique.
Lo que resulta interesante, más allá del trabajo infográfico de la autora, es ver como la pieza se adapta al medio en el que se difunde aprovechando las posibilidades de cada uno.