La temática de la cual partimos fue el trabajo sexual. Elegimos una pieza, del año 2016 aprox, que podría definirse como una acción, una intervención en la vía pública. Fue creada con el fin de generar un impacto transmitiendo un mensaje contundente: trabajo sexual no es trata. A diario, les trabajadores sexuales tienen que luchar contra la moralidad social, la violencia institucional y la falta de derechos que les mantiene marginades socialmente. Trata de personas y trabajo sexual son dos cuestiones completamente distintas, que desde el abolicionismo se pretenden confundir, para perseguir y criminalizar a quienes deciden ejercer dicho trabajo.
La intervención fue elaborada en la Ciudad de Buenos Aires, Argentina. Abarca la lucha por conseguir una sociedad menos moralista y más justa en donde las libertades de las personas puedan desarrollarse plenamente sin juicio alguno por sobre la decisión de otra persona. A la vez, promoviendo derechos garantizando la seguridad y rectificando de una vez por todas que el trabajo sexual es un trabajo más (como tantos otros). El costo de producción es nulo ya que está hecha a partir de impresos publicitarios de la calle.
La pieza apunta a un público joven, a partir de los 18 años aprox. Personas que vivan en la ciudad y la transiten cotidianamente. Es un mensaje que intenta instalar en agenda un tema que se viene pateando desde hace varios años pero que siempre estuvo. Se necesita un debate federal y nada mejor que hacerlo en una Capital que posee una visualización mayor que muchas otras, para que finalmente cambien las leyes a nivel nacional y, por lo tanto, se ganen derechos para quienes ejerzan el trabajo sexual a lo largo de todo el país.
Con respecto a lo visual, la tipografía que crearon es Sans Serif, sólida, clara, para que a pesar de que el trazo no sea un vector o una pincelada, el mensaje, de igual forma, sea claro. La tipografía es la base de la pieza, está construida con impresos publicitarios de trabajadores sexuales. El mensaje es concreto, potente y persuasivo. Posee un gran potencial expresivo. La composición está pensada de una manera estratégica al estar compuesta por elementos del mismo mundo y, a la vez, está hecha sobre un conteiner de basura. Esto no es al azar: es donde la mayoría de los papelitos van a parar por la falta de empatía de la gente pensando en hacer un bien, “impidiendo la trata”. Aunque lo que termina sucediendo, es mayor persecución hacia las Trabajadoras Sexuales, aumentando su clandestinidad y estigmatizatización. Los papelitos son impresos de muy bajo coste por lo general a una tinta, en un papel con muy poco gramaje y en un tamaño pequeño para que pueda ser arrancado y guardado.
La acción se puede relacionar con la corriente del arte urbano, los murales políticos, la protesta en las calles, todo lo que tenga que ver con intervenciones artísticas con un fin político, con el objetivo de hacer pensar al destinatarie, generar un debate federal y en último lugar ganar derechos laborales, desmitificando de esta manera mensajes moralistas que se encuentran en la sociedad por la falta de información y/o de empatía colectiva. Asimismo, podríamos relacionar esta pieza al Colectivo Arte al Ataque, grupo que desde la praxis creativa ofrecen alternativas a los problemas actuales, registrando el soporte material de un conjunto de experiencias artísticas en la Ciudad de La Plata: ”Arte al Ataque”, se ha caracterizado por enfrentar críticamente los contextos políticos acaecidos en nuestra historia reciente. En sus producciones, las formas expresivas muestran una manera diferente de concebir la estética, la política, y la identidad apelando al arte como disparador. Las temáticas abordadas por el grupo, están vinculadas a la situación social en Argentina a partir del año 2001, y en parte a los resabios, de la dictadura y sus desaparecidos, la despenalización del aborto, el femicidio, la violencia hacia la mujer, la baja de edad de la imputabilidad de los menores, los desaparecidos de la democracia y la masacre de Avellaneda, son algunas de sus manifestaciones.
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No es delito, es trabajo
