La denuncia a la explotación animal se ha plantado en las calles. Fuertes retóricas construidas a partir de imágenes y discursos es la forma en la que el activismo animalista argentino destaca y busca concientizar.
Actualmente en Argentina se producen cerca de 600.000 toneladas de carne de cerdo por año. Frente a la noticia de un nuevo acuerdo porcino con China y la presencia de productores internacionales con la mirada puesta en un ostentoso mercado para invertir y sin recaer en todo lo que eso implica, el activismo gráfico no tardó en responder.
La lucha antiespecista fue ganando visibilidad y acentuando su perspectiva, abarcando ámbitos políticos, culturales, económicos y ambientalistas, entre otros. Logrando transmitir desde un lado sensible y paradójicamente extremista las consecuencias de las prácticas consumistas, construyen una nueva forma de vincularnos entre nosotrxs, con las demás especies y el planeta tierra.
El mensaje de la pieza elegida, impacta fuertemente desde el juego conceptual y tomando la identidad de los billetes argentinos como crítica al negocio con las vidas de los animales. Utilizan imágenes de animales autóctonos acompañados de un efecto que simula fuego en el papel, aludiendo a otra de las problemáticas que es la quema de pastizales, acción que forma parte del proceso de la creación de granjas porcinas. Agregan a su vez distintos datos tipográficos que aluden al lenguaje del diseño de los billetes actuando como miscelánea para reforzar la idea compositiva.
Bajo la declaración “AGRONEGOCIO ES MUERTE” con una familia tipográfica sans-serif bold extendida de estilo neogrotesca, desprovista de detalles, rígida y limpia, pretende comunicar de manera clara y rápida, complementándose a las imágenes y generando gran contraste. A su vez, a través del impacto y tamaño atiende a las condiciones del contexto en el que debe ser visto, la calle.
La pieza está, sin dudas, dirigida tanto a las autoridades gubernamentales como a los poderosos inversores que buscan sacar provecho. Mientras ellos ven una propicia oportunidad financiera, las demás especies sienten el efecto negativo. En paralelo, la pieza impacta por la oración destacada y logra informar en un segundo nivel a través del uso del hashtag en variable regular, —#NoAlAcuerdoPorcinoConChina—, recurso comunicacional que engloba y clasifica contenido en las redes. De esta manera, denuncia e involucra a la sociedad que empatiza con el tema, de una manera más estrecha.
El soporte que mayormente utilizan es la pegatina. Se suelen organizar jornadas en la que los participantes de la campaña salen a pegar impresos a la vía pública. Apuestan a la comunicación en las calles teniendo en cuenta que lo que conforma el entorno influye en nuestros pensamientos y acciones.
Para concluir, cabe destacar que la campaña alcanza el objetivo propuesto de una manera chocante, provocativa y directa y con una acertada elección de recursos gráficos y tipográficos. Consigue repudiar prácticas económicas y culturales violentas hacia los animales y el medio ambiente y al mismo tiempo moviliza el interés popular.
Fuentes:
https://www.instagram.com/difusionv/?hl=es