Lo que no me mata, ME FORTALECE.

El formato papel a lo contrario de lo que se cree, está aumentando exponencialmente, sobre todo en el ámbito independiente, donde las nuevas ideas son bienvenidas en una mundo de renovación, libertad de expresión y originalidad.

Estamos experimentando una época en la que la comunicación se globaliza con una velocidad exponencial, la inmediatez de la información, la facilidad de obtenerla es casi instantánea. La cantidad de proyectos editoriales supera con creces a la capacidad de los lectores por absorber contenidos, donde la calidad de estos pareciera ser una de las principales piedras de tope. Así, en un torrente prácticamente infinito de información digital pareciera que la calidad de los escritos digitales muchas veces es pasada por alto en vistas a una necesidad de inmediatez, difusión y competencia, donde el formato papel podría ser pensado como una resistencia ante esto, una forma de estabilizar los escritos y darles mayor espacio y potencial crítico. Teniendo en cuenta todo lo anterior, es posible decir que los formatos físicos como la revista o el diario están destinados a desaparecer y ser reemplazados?

 

«La cantidad de proyectos editoriales supera con creces a la capacidad de los lectores por absorber contenidos, donde la calidad de estos pareciera ser una de las principales piedras de tope.»

 

El formato papel a lo contrario de lo que se cree, está aumentando exponencialmente, sobre todo en el  ámbito independiente, donde las nuevas ideas son bienvenidas en una mundo de renovación, libertad de expresión y originalidad. En el año 2015 donde la inmaterialidad y digitalización de archivo pareciera homogeneizar la escena, el formato papel sigue, no únicamente existiendo, pero aumentando con diferentes iniciativas. Pequeñas editoriales autogestionadas cuyos libros son impresos de manera artesanal.

Casos a mencionar

La llegada del año 2000 supuso, entre otros cambios, una gran transformación para las tecnologías de la información y la manera en los datos eran almacenados. En un corto periodo de tiempo pasamos de los archivos en papel (documentos, fotografías, etc.) a la digitalización de archivos, proceso que ya había ocurrido en otros ámbitos, como el de la música, con la creación del CD Player y la obsolescencia del disco de vinilo en el año 1983, evento no menor si se piensa como uno de los primeros procesos de digitalización de registros análogos (no exento de detractores). Desde esa fecha en adelante, el proceso de digitalización de música análoga se volvió cada vez más común, cuando unos años más tarde, los discos de vinilo dejaron de ser producidos. De manera similar, aunque no completamente contemporáneas, las fotografías análogas fueron reemplazadas por las digitales, proceso cuya masificación ocurre a fines de la década de 1990, pero había comenzado varios años antes.

Este proceso de digitalización fotográfica tuvo su auge durante la primera década del 2000, donde es posible aventurar que la fotografía y los archivos en general pasaron a ser casi en un 100% digitales, permaneciendo en formato análogo únicamente en pequeños nichos dedicados y de círculos específicos, como el de la fotografía profesional y/o artística.

Si uno se deja llevar por los casos mencionados anteriormente, porqué la revista debería ser diferente? Qué hace a los formatos físicos tan especiales?

No estoy hablando desde una mirada romántica, sino desde una práctica y objetiva, no estamos hablando del olor particular que tiene un libro, una revista o un diario, o la textura de una página. Estamos hablando de la información y que tipo de calidad ofrece uno u otro formato. Sin embargo hoy la realidad ha probado ser diametralmente distinta. La cantidad de proyectos editoriales supera con creces a la capacidad de los lectores por absorber contenidos, donde la calidad de estos pareciera ser una de las principales piedras de tope. Así, en un torrente prácticamente infinito de información digital pareciera que la calidad de los escritos digitales muchas veces es pasada por alto en vistas a una necesidad de inmediatez, difusión y competencia, donde el formato papel podría ser pensado como una resistencia ante esto, una forma de estabilizar los escritos y darles mayor espacio y potencial crítico. Esto puede ser visto en cómo ciertas revistas han optado por el formato material, aun cuando esto les asegure un público menor –y una lucha por financiarse y mantenerse publicando. Ejemplo de esto es SPAM_arq, revista que lleva publicando desde el año 2005 y ya cuenta con 8 números.

https://issuu.com/pbrugnoli/docs/spamarq1/2

En conclusión, así como la fotografía liberó al artista de tener la obligacion de ser realista en sus obras, lo que se puede formular acerca del tema desarrollado es que todos tenemos la capacidad de establecer vínculos entre un medios digitales y materiales, donde más que uno sea la versión impresa del otro, ambos sean capaces de funcionar de manera complementaria y cada uno potencie el medio en el que está inscrito. De esta manera, las plataformas digitales tienen un poder indiscutible de difusión y de potenciar el debate in situ, mientras que el formato papel tiene la capacidad de estabilizar contenidos y abordar públicos y espacios determinados que ayudan al potencial crítico de los contenidos.

Fuente: https://arteycritica.org/ensayos/del-papel-a-lo-digital-y-de-vuelta-un-comentario-sobre-el-formato-digital/